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por Juan Jose Olivares

Es importante conocer los géneros para romper sus reglas: Ulises Lozano.

“Me gusta hacer música para la gente de la calle”, dice.

Nació en Chihuahua y desde niño, la música que penetró en sus oídos fue la de grupos como Los Tigres del Norte, Ramón Ayala o Los invasores de Nuevo León…

“Me encanta la regional mexicana tanto como el rock o la electrónica. Crecí con ella”, dice Ulises Lozano, quien es conocido por estar tras las teclas y el acordeón de la banda de rock Kinky, “que tiene su parte de elementos sonoros del norte de México”. El acordeón lo dice todo.

Con ese grupo obtuvo unas 11 nominaciones al Grammy Latino, pero nunca se llevó ese premio.

Hace poco fue reconocido con uno, pero en otro género: el de música de banda. Fue el productor de Playlist, de Chiquis Rivera, que obtuvo el galardón como mejor álbum en ese rubro.

Con sencillez orgánica, Ulises Lozano comparte con NI la secuencia de que cómo llegó ese gramófono a sus manos:

Escena uno: llega a su casa una caja que contiene el software de Kontakt, (de Native Instruments), con su biblioteca de más de 55 GB de instrumentos.

Escena dos. En un estudio pequeño en Los Ángeles graba metales interpretados por algunos de sus amigos.

Escena tres: recibe una nominación y gana un Grammy.

“No hice más, neta”, afirma el también creador del sello independiente Kin Kon, que apoya a nuevos artistas.

Asegura: “No anduve por ranchos grabando. Estuve en mi casa con el Kontakt haciendo las sesiones, los demos. Luego, grabé con mis amigos para que quedara chingón. No hay muchos secretos. No gasté mucho dinero. Si me dices cuánto fue en la producción, diría: lo que te cuesta el Kontakt, y los metales en vivo, porque incluso, yo toqué el acordeón en el disco.”.

Esta clase minimalista para obtener un reconocimiento, en realidad no es tan simple. Conlleva años de bagaje, pasión y honestidad, con lo que concuerda Ulises, quien también comparte la historia de Playlist: “el manager de Chiquis buscaba algo diferente; un giro en la regional mexicana.”

Narra: “Ella tiene influencias de rhythym and blues y de rap, y a los dos nos gusta la regional; también tenemos influencias de la electrónica. Esa parte de la mente abierta a la hora de crear es lo que nos llamó para producir el disco”.

Lozano considera que “hay que actualizar la música regional. Por eso, esta producción era un reto”, que al final se cumplió, porque llegó al mejor lugar: “donde está la gente, la cual primero se cuestionó si en verdad era regional mexicano, pero le gustó. Siento que abrimos brecha a un público nuevo que posiblemente no se habría acercado a la banda y a la regional. Le metimos soniditos nuevos. Efectos que no se usaban antes”.

Quien reitera su amor por los metales y el instrumento del fuelle, tan norteño, comenta que “ganar en esa categoría es tan importante como haberlo hecho en la música alternativa”.

En realidad, “no todo está en mostrar innovación, sino en forjar un equilibrio… Es importante conocer el género (norteño), tenerlo en la sangre para romper las reglas o proponer. No puedes romper reglas de un año para acá. Es algo que debes traer en en la sangre, por ello sé cómo me gustaría escuchar a la regional mexicana hoy día. Tienes que buscar no sonar como Intocable o Pesado”.

Agrega: “En el caso de Chiquis, tuvimos que encontrar un sonido especial para ella, algo con lo que se sintiera cómoda y no se pareciera a nada ni nadie. Eso tiene una parte de conocimiento del género y también de cómo nos gustaría escucharlo. Sin olvidar que, cuando lo escuchen, digan: es Chiquis Rivera.”

¿Crees en la sinergia?

Sí. No se trata de sólo experimentar por hacerlo. Siempre tuve la pregunta de: ¿cómo me gustaría escuchar la música regional hecha hoy día por una mujer? Más que haber puesto efectos o ruiditos para salirnos de lo tradicional o proponer un experimento, la idea era hacer algo normal, pero que se escuchara contemporáneo; que te dieras cuenta de la evolución en ese género.

¿Qué herramientas usaste en la producción?

Todas las maquetas que presenté a Chiquis y a los otros productores fueron hechas con Software, con instrumentos virtuales. Con Kontakt y Session Horns, cuyos metales suenan cabrones. A la hora que se las presentó, de alguna manera se pudieron imaginar cómo iban a sonar. Con NI puedo hacer que los instrumentos se escuchen reales.

En la explicación de su proceso creativo en el disco Playlist, Ulises hizo maleable metales reales con los virtuales: “encontré un lugar, uno que hace que se combinan, que suenen diferente.”

Ese tipo de cosas “posiblemente no se hubieran hecho si alguien no usa este tipo de tecnología”.

Por ejemplo, “un músico regional no hace eso. El viene, trae a la banda, graba y listo. No tiene la opción de saber cómo se escuchan unos trombones de Kontakt. Ese tipo de experimentos también son los que le dieron un sonido especial al disco de Chiquis Rivera, que también tiene mis propias librerías. Tengo de acordeón, de tuba, de bajo sexto. Las empecé a armar cuando venían mis amigos a grabar. Les pedía unos shots extras y así las fui creando. Ahora, puedo generar esas pequeñas maquetas de banda o de regional mexicana, que sirven como guía para producir”.

Se escucha sencillo y de locura a la vez el trabajar en lo digital con sonidos orgánicos. ¿Se puede hacer algo extraordinario con la mejor tecnología pero sin una sensibilidad humana detrás?

No. Todo está en uno. Ese es el resumen de la secuencia de escenas que compartí para ganar un Grammy. Que en cada quien está el hacer algo bueno, mas no en los estudios o en las grandes producciones. Tampoco está en el dinero que tienes que invertir. Por ejemplo, lo que tengo (equipo y software) lo puede tener cualquiera que se dedique a un nivel medio. Pero eso sí, uno tiene que ser el profesional.

A lo que se refiere es que “no necesitas tener lo más nuevo, ni la más grande computadora”.

Lozano se sincera: “Pudieras decir: Ulises está en Los Ángeles, tiene el mejor estudio, graba con los mejores. Nada qué ver. Estoy en un cuartito que igual lo puedo tener en México y donde grabé todas las voces de Chiquis; no hay más. Tengo un micrófono decente, una interface, mis librerías de Kontakt y listo. El disco se hizo con lo que hay, porque en realidad todo está en las personas”.

Advierte: “No es que se me haya ocurrido hace un año empezar con esto de la tecnología. Desde 2013 estaba experimentando en la música regional mexicana con Maschine, sobre todo, para hacer música que le guste a la gente de la calle.”

La tecnología ha abierto puertas y también acercado a creadores. ¿Kin Kon Records es parte de ese link?

El acercamiento es la esencia del sello. Tanto es importante trabajar con artistas grandes que tienen una trayectoria, como con las nuevas generaciones. Para nosotros es importante ayudar a los chavos a difundir sus ideas. Hay que recordar que son los productores o intérpretes que se quedarán. Tenemos un sello chico pero para ellos es la oportunidad de crear sus primeros experimentos, eso sí, supervisados por alguien que tiene experiencia. Más que lucrar es apoyar.

Ulises habla sincero en una época en que es necesario serlo.

“Dejó de importar en redes sociales con quien estás o con quién te tomaste la foto; presumir. Todo eso se acabó, ya nadie charolea. Ahora las oportunidades son para todos porque ya está dejando de importa el faroleo, el bluff; nos dimos cuenta de que todos somos iguales”.

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