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por Juan Jose Olivares

Soy un amante del silencio porque es una gran música, afirma el místico Diego Herrera, tecladista y saxofonista de Caifanes.

Me entristece dejar mis fierros (sintetizadores análogos), pero ahora he llegado a un punto de practicidad con Native Instruments y sus programas poderosisimos y vastos”, asegura y comparte que todos los teclados y sintetizadores de Heridos, reciente rola de Caifanes, son una excursión en los sonidos de Kontakt.

El silencio “es una gran música” que lo ha ayudado “a reinventarse, a experimentar”, pero más: a descubrir la esencia del misticismo.

Parecen ideas muy new-age las de Diego Herrera. Pero no, sólo es el sentir de un caifán que también podría ser también medio chamán.

Herrera es tecladista y saxofonista de la banda Caifanes, esencial grupo de rock mexicano. Además de productor y ser parte de esa conocida banda, ha hecho cualquier clase de experimentos: un viaje chamánico para conocer a nuestro animal de poder, la comunicación metafísica con nuestros seres amados a través del silencio, o, en un sentido más aterrizado, la musicalización de películas de todo tipo, así como series televisivas, labor que ya comparte con su hijo Mariano.

Es un incondicional de la música; es su vida, dice. Cada momento recuerda que su maestro, un hombre que ya no está con nosotros de nombre Claudio Naranjo, le dijo que el mejor vehículo para acercarse a Dios es la música.

“La música se brinca el cerebro y toca directo al corazón”, asegura Diego a NI.

¿Eres incondicional de ésta, un facilón con ella? Se le bromea al músico.

Sí. Hay un poco de todo. Hice música para publicidad, que tiene su lado complejo y muy interesante. Scores para cine cosa que adoro hacer. Es un privilegio vivir de lo que te gusta y no concibo la vida de otra manera. Las cosas que trascienden tienen tu esencia; las haces porque las quieres hacer. Hay otras que desarrollas por dinero pero al final, para mí ha sido muy importante perderme investigando, experimentando.

“La expresión sonora ha sido mi gran compañera, porque puedo agarrar una guitarra y viajar… Es un acierto ir por el camino de la reinvención constante, dejar que los accidentes sucedan, cambiar las reglas del juego; es decir, moverte por senderos desconocidos”, afirma.

¿Qué tan significativo es para ti el misticismo en la música?

Lo es todo. Claudio Naranjo decía que el mejor vehículo para acercarse a Dios es la música. Una vez en Madrid, me invitaron a escuchar flamenco y durante la sesión no podía dejar de llorar; no entendía porqué, creo que hay un link de vidas pasadas que me hace recordar siempre que el corazón es música. Tu corazón es el kick, la base de este track llamado vida.

Relata lo importante que fue en un punto de su vida encontrarse con un chamán: “Vengo de una familia de terapeutas, y por fortuna caí con un hombre mágico a quien asistí por ocho años. Fue regresar a mi parte vulnerable, a saber quién era. Me metí en ese viaje para encontrarme a mi, a mi animal de poder. Hicimos ceremonias de todo tipo: de fuego, temazcales, de iniciación, experiencias interesantes, formadoras y aleccionadoras. La idea era apreciar lo que tenemos, lo que ya somos que es mucho, aunque nos cueste trabajo verlo porque siempre el pasto en el jardín del vecino pareciera ser más verde.”

El silencio está junto de ti, está en tus trabajos, en todo lo tuyo.

Soy amante del silencio porque es una gran música. En ese trabajo que hice sobre él (Música del silencio) buscaba tener más silencio que sonido en las composiciones, darle su muy importante lugar en todos sentidos, la versión en vinilo se llama Listen Silent, me encanta ese nombre. Hay personas primordiales en nuestra vida que queremos y que son influyentes para nosotros. Me parecía importante reconocer y agradecer a todos ellos. El caso de mi papá (a quien dediqué el disco) fue especial, porque él estaba perdiendo el oído, y para mí era difícil decirle que lo quería. Deseaba hacerlo antes de que se me fuera puesto que buena parte de mi herencia musical la tengo por él, y bueno la vida también. Esa placa discográfica fue una cuestión de agradecer a muchos, como al chamán Thomas Lake o a Eugenio Toussaint, a quien le dediqué la pieza El príncipe.

Toussaint no lo sabía, pero Diego lo escuchaba ensayar en su casa, y eso fue lo que lo influyó pero no se dio cuenta hasta que el jazzista se murió hace unos años.

“En un punto en mi vida me disgusté con mi padre y me fui a rentar un cuarto con los hermanos Toussaint (Eugenio, Fernando, Enrique y Cecilia). Vivía en la casa de esos virtuosos, de los que aprendí mucho”, comenta.

Aunque el piano no le era ajeno, tocarlo en Música del silencio “fue un experimento padre, aunque me dio miedo la exposición. Me costaba más trabajo tocar en un pequeño foro ante 30 personas que frente a las 100 mil que reunía Caifanes en el Zócalo”.

Herrera ha estado musicalizando series, pero recuerda el tiempo, antes de ser parte de Caifanes, que le tocó sonorizar películas, algunas de éstas de las llamadas videohome.

Relata que, “con un piano, comenzaba su trabajo. Luego me iba a una moviola (máquina usada en televisión y cine que reproduce imagen y sonido) en la que metía la película y cronometraba dónde entraba la música. Después, convocaba a músicos para interpretar los temas. La verdad, no podías escuchar nada de lo que habías escrito hasta estar ahí, sonando con los músicos. Pero ahora, tengo herramientas con las que puedo grabar en un segundo. Era chamba chingona porque te encerrabas a crear con músicos en el estudio, pero la modernidad ha hecho que puedas previsualizar, inclusive o grabar todo tú solo”.

¿Cómo se va a un mundo virtual sin perder esencia siendo un creador al que le gustaba sentir la madera del piano?

Cuando comencé con Caifanes, había poco pero ya se comenzaban a desarrollar herramientas digitales para la música, pero no me animaba. Tenía un sintetizador Yamaha, que aguantó pianos; lo usaba para unas 100 tocadas al año. Tiempo adelante, descubrí Komplete Kontrol que usaba con una app de Logic. En vivo es peligroso cambiar radicalmente, pero me he animado a hacerlo porque es toda una onda de sonidos diferentes y calidad. Es alivianante en la chamba. Estoy muy contento con todas las herramientas de NI.

Cuenta Diego que hace años adquirió, además del Komplete, una Maschine y una interfaz. El Kontakt, que es el que más usa “vino a alivianarme porque tiene una paleta de sonidos increíble. Me animé a llevarlo a un en vivo”.

Ahora, acepta, “me entristece dejar mis fierros”. Diego se refiere a “su bola de sintetizadores guardados en sus cajas que de pronto es padre jugar con ellos, pero ahora he llegado a un punto de practicidad con Native Instruments. Noire es una joya. Spitfire Audio es alucinante, Straylight, Arkhis, una gran paleta de sonidos e inspiración. Puedes hacer todo en una computadora, que la puedes llevar a donde estés. Mi hijo Mariano también lo usa. Es una gran herramienta. Son programas poderosísimos y muy vastos”.

El caifán comenta que hizo sus partes de Heridos con Kontakt. Se trata del sencillo que publicó Caifanes en marzo pasado después de 25 años sin canciones inéditas, la cual, para su beneplácito, ha sido muy bien recibida luego de haberla presentado por primera vez en vivo en el festival Vive Latino.

Cuando la grabaron, en un estudio en Nashville, Tennessee, mandó pedir un sinte para grabar el tema. “Me lo llevaron pero estaba desafinado y nunca encontré el parámetro para afinarlo, tenía un par de horas para hacer mis partes así que lo mandé a la chingada y acabé haciéndolo todo con el Kontakt…posibilidades infinitas. Brincas de un loop distorsionado del Damage, a la cuerda más expresiva del Symphony Series, al pad mas gordo y cacheton del Arkhis, con un solo click (Bueno un par de clicks). Sin duda, han cambiado las formas de componer, las posibilidades. Reitero: honrando a Olafur Arnalds y Nils Frahm el Noir es un pianazo alucinante”. (Olafur tiene también un set de sonidos en Spitfire que es una joya).

Entonces ¿Heridos fue grabado totalmente con Kontakt?

Si, todas las partes de tecla son de NI. Hemos hecho, además, un par de rolas: unas nuevas versiones de Debajo de tu piel y Aviéntame, y todos los sonidos son de Kontakt. La serie que estoy musicalizando con mi hijo, completita, la hice también con éste. Hay otra serie de televisión que se emite por Canal 11 que musicalizamos: Muerte sin fin, que toda está hecha con Native Instruments.

Comparte que ahora en la creación de scores, “lo importante es no perder de vista que la música es parte de algo. Hay saber qué estás acompañando, que trabajas en función de una imagen, un diálogo; que estás componiendo y que eres parte de un ambiente. A veces no lo detectamos pero es notable lo que la música dice y ayuda a transmitir en una peli.

Diego vive feliz con su familia en Cuernavaca, aún encerrado por la Pandemia. “No es diferente a lo que vivo. Soy un hombre encerrado, me meto en mis rollos. Con mi hijo estamos haciendo Muerte sin fin. Llevamos dos temporadas con esa chamba de estudio”, lo cual agradece.

¿Las pleitesías sirven para decir: gracias?

Más nos vale ser agradecidos. Claudio Naranjo decía: ‘si te haces grande eres incapaz de ver lo pequeño’. Y de ello es de lo que está hecho la vida. Es lo que te llena. Ponerse en lugares vulnerables es la clave de todo, bajar la guardia.  Lo rutinario no tiene energía. Hay que estar abierto a lo nuevo, a lo que no conoces, a seguir aprendiendo.

32 años con Caifanes ¿Cómo se mantienen los pies en la tierra?

Cuando iniciamos con Caifanes perdimos los pies varias veces. Para mi es imposible al llegar a una tocada con mucha gente no conectar con la emoción. Transmitir algo que mueva a la gente, regresar un poco de todo ese cariño y amor que la banda pone en uno. Porque a veces somos autómatas, damos por sentado muchas cosas, entre ellas poder estar vivo. El poder agradecer realmente lo que tienes y eres cambia totalmente la visión.

 

Se llama libertad y eso se ve en el amor al trabajo.

La música es un vehículo para éso. Caifanes surgió porque queríamos hacer música como nosotros la deseábamos. La única limitación en la banda éramos nosotros mismos. Igual con toda la gente, la restricción es uno mismo. Hay que hacer las cosas y llevarlas a las máximas consecuencias… fluir, caminar, aprender.

He sentido la autolimitación en muchos músicos de academia. ¿Hay una especie de yugo con el cuaderno pautado?

La música es una chingonería. Las limitaciones se aplican al ser humano más que sólo al músico. Uno es su propio juez y al que hay que controlar, porque es severo. La mayoría de las cosas que trascienden rompen los moldes. Crear es como comer…hay que hacerlo todos los días, hay mil herramientas en todos los ámbitos con la tecnología. La Pandemia ha servido para tener tiempo para aprender, por ejemplo, a usar los bichos Monark, Massive, Komplete Kontrol…

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